Ámbito empresarial
La tecnología tiene un papel crucial en el ámbito empresarial: en la transformación digital de procesos, operaciones e interacciones; pero también en la implementación de estrategias medibles, mucho más certeras y con una inversión radicalmente redituable. A medida que esta mancuerna –tecnología/empresas– estrechen sus lazos, presenciaremos una migración casi completa hacia los negocios digitales. Las ventajas son muchas.
En México, debido a la brecha de la pandemia, algunas empresas han intentado transitar hacia un entorno digital de operaciones incorporando modalidades de trabajo semipresenciales o completamente virtuales. Hemos llegado al punto en el que el ahorro de recursos y la comodidad para los trabajadores, pueden marcar la pauta para que este breve intervalo obligado, se convierta en una costumbre asequible.
Ámbito de los servicios
En el ámbito de los servicios, los procesos de adquisición, entrega y cobro, crecieron hasta en un 700% en operaciones digitales. A la par se desplazó la figura tradicional del sitio web, que dio paso al desarrollo del nuevo rey del entorno de las PyMES, el e-Commerce.
Si las empresas mexicanas se hubieran asomado unos años antes a las tecnologías emergentes de hace unos 5 años, no se habrían visto tan presionadas para entrar como partners con modelos de negocio que absorben una buena parte de sus ingresos, algo que sucedió con el crecimiento de plataformas de reparto y sistemas de market place.
Hoy el empresario mexicano en el sector de los servicios se ha dado cuenta de cuán redituable es desplazar alguna parte, sino es que todo su negocio, hacia la integración de servicios y sistemas digitales. Como decía al inicio, las ventajas son muchas.
Ámbito industrial
En el ámbito industrial, la situación no ha sido tan diferente, por un lado se ha incorporado la solución de oficinas virtuales; por otro se han alternado y reducido los procesos de producción para paliar un poco la contingencia. En su caso, lo interesante de esta migración hacia el entorno digital, es que ha despertado el interés en otras tecnologías y en nuevos abordajes en cuanto a operaciones.
Un rasgo esencial de esta transformación reside en la tendencia que llevaba ya un par de años en países con mejores condiciones tecnológicas, denominado Smart Factories; empresas que han logrado implementar sistemas digitales complejos en cada punto de sus operaciones y que pueden traducir esta capacidad de producción y procesamiento de datos, en información que mejora considerablemente la toma de decisiones. Por supuesto, con reportes en tiempo real y con un carácter predictivo.
Aún así, hay un foco transversal que trasciende a los distintos sectores comerciales, que es el tema de la capacitación, pues independientemente del tipo de operaciones que se realicen, todas las empresas necesitan tener colaboradores mejor preparados y habilitados para operar en condiciones tecnológicas muy distintas a las de hace 10 años. Es importante mencionar que estas habilidades no solo se requieren en la operación de sus actividades concretas, sino también en las formas de comunicarse, generar reportes y realizar el seguimiento.
En conclusión
De ahí que el eslabón pendiente en toda estrategia digital esté en el polo de la capacitación constante, qué mejor que integrarlo también a la cadena tecnológica y en este sentido, someterlo a la misma lógica con todas las ventajas que esto implica: medición, generación de información en tiempo real, seguimiento puntual al personal, evaluación del desempeño, cuantificación en todo sentido. Así, no es exagerado afirmar que el centro de la estrategia de cualquier negocio debe considerar a lo digital, y en este sentido a lo tecnológico. Si es algo que el empresario mexicano quisiera dejar todavía para “después”, es claro que en este punto de la situación contextual del mundo, tanto en términos de la pandemia, como con la aparición de las tecnologías de la web 3.0, nos quedaríamos fuera de la jugada para las siguientes décadas.